Se acerca el Día de la Madre, una fecha entrañable que muchas esperamos con una mezcla de espanto e ilusión conjunta, sentimientos enfrentados provocados por las inesperadas manualidades que en los próximos días se perpetrarán en guarderías y colegios.
No quiero decir con ello que no vayamos a recibir con buena cara sus regalos, fruto de varios días de duro trabajo realizado con sus pequeñas manitas. A todas nos encantan sus figuras de escayola pintadas con témperas y purpurina; sus pompones de lana de diferentes colores; sus inigualables diseños realizados con goma EVA y litros y litros de cola adhesiva; sus tarjetas dibujadas a mano y, sobre todo, sus mensajes de amor (lo que más).
Porque si hay algo que nos gusta especialmente es que nos digan lo mucho que nos quieren y que nos colmen de abrazos y achuchones. Por muchos hijos que tengamos, nosotras las madres, únicas en nuestra especie (ya lo dice el refrán), siempre los vamos a querer a todos por igual.
Yésica tiene tres pequeñas joyas en casa, de siete y cuatro años las mayores y de unos pocos meses la tercera. Cuando le preguntamos cuál sería su regalo perfecto para el Día de la Madre, esto fue lo que nos contestó.
Algo muy parecido nos ha dibujado Maite, mamá de una peque de dos años. Y es que a pesar de los malestares del embarazo, del sufrimiento del parto (y del postparto) y de todas las penurias que pasamos para traer al mundo a nuestros hijos, son males menores que enseguida se van volando de nuestra memoria.
¿Veis lo que os decía de los achuchones? Para Rut no hay nada mejor, sobre todo si se los dan sus dos peques a la vez. Es mamá de una niña de nueve años y de un niño de seis que le dan más de un quebradero de cabeza. Pero un abrazo lo arregla todo.
Lo mismo le ocurre a Irene, que ha pedido para el primer domingo de mayo un achuchón de su chiquitín de año y medio, Marcos. ¡Aprovecha ahora que todavía se deja! Que luego los mimos se van pasando y nos quedamos compuestas y sin abrazo.
Y a Rocío, que es mamá de una niña de cinco años y que nos dice lo siguiente: «El mejor regalo tanto para una madre como para su hijo es un abrazo, uno de esos en los que puedes sentir ese consuelo especial, ese sentido de protección, esa tranquilidad, ese confort entre los brazos de tu madre. Esos instantes que dura el abrazo es como si nada te pudiera pasar y tú quisieras que fuera eterno. ¡Te sientes tremendamente poderosa! ¡Creo que es el mejor regalo del mundo!».
No obstante somos conscientes de que los besos y los abrazos a veces no son suficientes para contentar a una madre. Una escapada, un spa, un masaje relajante… son detalles capaces de emocionar a aquellas que os han traído al mundo… o, mejor dicho, de aquellas que han traído a vuestros hijos al mundo ;). Porque también somos humanas y nos gusta disfrutar de lo bueno.

Mamá necesita una sesión de belleza ¡manicura y pedicura! y de paso relajarse un poquito. Aunque también podría ir acompañado de una de nuestras pulseras ;-).
Esther se estrenó como madre hace poco más de un año. Durante ese tiempo apenas se ha separado de su pequeña Alma, un terremoto que casi nunca duerme la siesta y que no la deja descansar. Tampoco ponerse todo lo guapa que ella quisiera. Por eso nos manda una imagen de sus manos y sus pies. “¡Quiero una sesión de manicura y pedicura!”, exclama con cierta desesperación.

Una almohada para dormir… puede que sea uno de los grandes «Hits» que toda madre ha pedido en infinitos momentos de su maternidad.
María no pide mucho para su primer Día de la Madre. Sólo una almohada y una noche para descansar del tirón. No tiene que ser ergonómica, ni de látex, ni nada por el estilo. A la pobre le ha tocado sufrir los llantos continuos de los cólicos del lactante y lleva tres meses sin dormir en condiciones.
Y Cristina, que tiene dos pequeñajos de 5 y 3 años, pide un interesante desayuno en la cama: «Es mi ilusión para este Día de la Madre, pero no sólo eso. Lo que realmente deseo es que se levanten los tres (marido e hijos), que desayunen y se vistan sin que los oiga y que me despierten con el desayuno en la cama, que no tiene por qué ser maravilloso. Lo maravilloso sería que consiguiesen toooodo el regalo en conjunto«.

Un robot que haga las tareas de casa, tooodas. Nos parece que este regalo es el sueño de muchas madres.
Y luego están los imposibles, esos regalos difíciles de alcanzar aunque sobre el dinero y la voluntad. Las madres soñadoras no escasean, como Gema: autónoma y madre de dos niños, uno de seis años y otro de 18 meses, tiene muchas pelusas y muy poco tiempo para deshacerse de ellas sin que parezca un accidente. “Con todos los adelantos que aparecen año tras año y siguen sin inventar el robot mayordomo, ese que te limpia los cristales, te pasa el aspirador, te hace la comida…”
Ideas asequibles
Si vuestras mamás no os han lanzado ninguna indirecta y queréis tener un detalle con ellas, Midibu 4U es un valor seguro para triunfar. Poned los besos y los abrazos en un dibujo y nosotros le daremos forma según las preferencias de la homenajeada: carcasas de móvil para las tecnológicas; delantales para las cocinillas; pendientes, pulseras y colgantes para las amantes de las joyas; chanclas para que las más deportistas se las lleven al gimnasio… Hay un sinfín de posibilidades para valorar.

Si te gustan las joyas estos pendientes de plata podrás lucirlos a diario. No pasarán desapercibidos gracias a su diseño único.

Colgantes de porcelana con un dibujo de tu niño. Quedan ideales con la cinta de seda y las bolitas de plata que lo acompañan. Y del diseño ¡que podemos decir!! imaginación y emoción en altas dosis.

Unas chanclas para el gimnasio y ahora que llega el veranito para llevarlas a la piscina o la playa. Diseño y producción Made in Spain.

Tazas tamaño chocolate para tus desayunos. Nos encargaremos de darle nuestro especial toque para que el dibujo te alegre el día. Realizadas de forma artesanal para que el dibujo permanezca inalterable.

Si tu niño aún no dibuja, podemos hacer la silueta de sus manos o sus pies y así tener un recuerdo de cuando nuestro niño era aún un «bebote».
Eso sí, recordad que debéis darnos unos cuantos días de margen, ya que nos es imposible tener vuestros regalos de la noche a la mañana. A lo mejor, si tuviéramos un robot mayordomo…
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